30 may 2011

Parc de l'Alba, Cerdenyola del Vallés, Barcelona

Esta actuación permite conectar el núcleo urbano de Cerdanyola, el campus de la Universitat Autònoma de Barcelona y el Parc Tecnològic del Vallès con nuevas viviendas, espacios para la investigación y la producción avanzada y áreas de relación social. A su vez, crea una extensa reserva de espacios naturales en la franja más alejada del núcleo urbano, con el objetivo de mejorar la conectividad biológica entre el parque natural de Collserola y los espacios forestales de la sierra pre-litoral.


Las viviendas del Parc de l’Alba ofrecerán a los nuevos trabajadores la posibilidad de vivir muy cerca de su lugar de trabajo y favorecerán la conciliación de su vida profesional con la vida privada y laboral. A su vez, permitirán satisfacer la importante demanda residencial que existe actualmente en Cerdanyola. El nuevo barrio contará con viviendas de características muy diversas para favorecer la convivencia de distintos colectivos ciudadanos. Disfrutará de una oferta excepcionalmente equilibrada de viviendas de protección pública (40%) y de renta libre (60%). Cerca del 50% de las nuevas viviendas protegidas será de alquiler. 


Los nuevos edificios residenciales estarán dotados de un amplio abanico de viviendas y de espacios comunitarios para adecuarse a las necesidades de personas de muy diversas edades y condiciones familiares, e incorporarán también equipamientos complementarios –como centros para la tercera edad o residencias de estudiantes– que contribuirán a aumentar la diversidad social y la cohesión ciudadana. Estos edificios se situarán en manzanas residenciales que tendrán en su interior jardines y espacios de relación.


El Parc de l’Alba dispondrá de un sistema de movilidad eficaz, sostenible y basado en las personas, que dará prioridad a los desplazamientos en transporte público, a pié y en bicicleta, reduciendo el tráfico urbano. La actual estación se convertirá en un gran centro de transporte intermodal, aglutinando el metro, tranvía, cercanías, tren de alta velocidad, y autobuses urbanos e interurbanos.


Todas las nuevas calles dispondrán de amplias aceras y estarán dotadas de árboles, carril bici y mobiliario urbano de calidad para fomentar el paseo y el ocio urbano. El barrio residencial contará también con recorridos especialmente destinados a los peatones que favorecerán las relaciones sociales. Un extenso circuito de parques y caminos rurales permitirá recorrer todo el ámbito de la actuación a través de zonas verdes, contribuirá a aumentar el contacto y la sensibilización de los ciudadanos con su entorno natural.


La estructura viaria nace de la clasificación en tres categorias; las calles principales que se destinan a garantizar la fluidez en los desplazamientos, admiten velocidad máxima de 50 km/h, las calles pacificadas, con velocidad máxima de 30km/h, donde se consigue una seguridad vial mayor y un descenso de la contaminación acústica, las calles peatonales, donde solo podrá acceder el vehículo a una velocidad de 10 km/h en caso de carga y descarga o garaje.


Un extenso circuito de parques recorrerá los entornos urbanos y los dotará de recorridos para el deporte y el paseo alternativos a la red de calles asfaltadas. Los edificios de interés histórico y artístico del Parc de l’Alba quedarán rodeados de zonas verdes que contribuirán a realzar el valor de este patrimonio construido.


La recogida de residuos urbanos se realizará en el interior de las parcelas, y facilitarán la separación de los desechos. Esta medida permitirá evitar la presencia de contenedores en las calles y mejorará notablemente la calidad del espacio público. La mayor parte de los residuos residenciales se recogerá mediante conductos subterráneos. De este modo, se reducirá el paso de los camiones de recogida por las calles, así como la contaminación acústica y atmosférica que estos vehículos comportan.


El agua utilizada en el interior de los edificios se recoge mediante una red de alcantarillado exclusiva, que no recibe agua de lluvia. Una red independiente recoge el agua de lluvia de las calles y de los espacios públicos y la devuelve a los torrentes de su entorno. De esta manera, contribuye a la preservación del cabal de agua natural de estos ecosistemas. El agua de lluvia de las cubiertas de los edificios se recoge también y se almacena de manera independiente, y se utiliza para regar durante todo el año las zonas verdes privadas.



Fuentes:
http://www.parcdelalba.com
Conferencia Miquel Sodupe



Texto: 
Esther Vidal Bartoll

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